Ante la polémica suscitada tras el posicionamiento contrario al derribo del Mercado de la Ribera por parte del Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro, el Ayuntamiento se ha visto obligado a echar mano de los comerciantes afines, a quienes en abril prometió pagar con dinero de todos los contribuyentes las pérdidas acumuladas en la anterior gestión privada del mercado. La asociación, liderada por Ibarra que dejó un pufo de 400.000 €, ha querido dejar bien clara su "absoluta confianza" en los estudios presentados por Labein y que son la excusa a la que se abraza Azkuna para derribar el Mercado.
Así constaba en un comunicado firmado por el presidente del colectivo, Jon Ander Ibarra, que respondía a las opiniones lanzadas el pasado martes por la Comisión de Patrimonio de los Arquitectos de Bizkaia. Estos últimos se mostraban en contra de los planes del Consistorio de demolición y reconstrucción posterior del mercado. La decisión se tomó a raíz del informe de los laboratorios que señalaba la presencia de cloruros (sales marinas) en el hormigón de la estructura, y advertía de que no resistiría los 1.000 kilogramos por m2 que requieren hoy día las placas de forjado de algunas grandes superficies. Los comerciantes apoyan el trabajo de Labein y Puertas "que nos permite seguir desarrollando nuestra labor durante las obras, lo cual es importante porque comemos de esto". Además, recriminan al COAVN que desde que comenzara la problemática reforma de la plaza de abastos hace siete años "nunca hemos recibido ninguna recomendación por su parte". Es más, "estamos seguros de que el profesional encargado del proyecto ha sido riguroso con todas las normativas", alegan. El documento agradece al final "el interés", de la Comisión de Patrimonio pero también pide "colaboración con el proyecto ya que hay muchas familias involucradas". Los comerciantes se incomodaron con el citado texto del COAVN que recordaba que "existen técnicas para el tratamiento de hormigones afectados por cloruros" y que "no resulta imprescindible la demolición". Además, creen que si el refuerzo de la estructura es "habitual en edificios de escaso o nulo valor arquitectónico o histórico, no parece razonable privar de esta posibilidad al mercado de la Ribera". Añadía que "resulta más sostenible económica y socialmente aprovechar sus valores, que derribarlo para volver a edificarlo a través de una reconstrucción que difícilmente podría recuperarlos".
Cabe destacar que Azkuna anunció el pasado 10 de abril que el consistorio bilbaino se hacía con la gestión del mercado de la Ribera, y en consecuencia pagaría con el dinero de todos los contribuyentes las deudas generadas por la sociedad privada que ha gestionado hasta la fecha el popular mercado de abastos y que estaba liderada por Ibarra.
Así constaba en un comunicado firmado por el presidente del colectivo, Jon Ander Ibarra, que respondía a las opiniones lanzadas el pasado martes por la Comisión de Patrimonio de los Arquitectos de Bizkaia. Estos últimos se mostraban en contra de los planes del Consistorio de demolición y reconstrucción posterior del mercado. La decisión se tomó a raíz del informe de los laboratorios que señalaba la presencia de cloruros (sales marinas) en el hormigón de la estructura, y advertía de que no resistiría los 1.000 kilogramos por m2 que requieren hoy día las placas de forjado de algunas grandes superficies. Los comerciantes apoyan el trabajo de Labein y Puertas "que nos permite seguir desarrollando nuestra labor durante las obras, lo cual es importante porque comemos de esto". Además, recriminan al COAVN que desde que comenzara la problemática reforma de la plaza de abastos hace siete años "nunca hemos recibido ninguna recomendación por su parte". Es más, "estamos seguros de que el profesional encargado del proyecto ha sido riguroso con todas las normativas", alegan. El documento agradece al final "el interés", de la Comisión de Patrimonio pero también pide "colaboración con el proyecto ya que hay muchas familias involucradas". Los comerciantes se incomodaron con el citado texto del COAVN que recordaba que "existen técnicas para el tratamiento de hormigones afectados por cloruros" y que "no resulta imprescindible la demolición". Además, creen que si el refuerzo de la estructura es "habitual en edificios de escaso o nulo valor arquitectónico o histórico, no parece razonable privar de esta posibilidad al mercado de la Ribera". Añadía que "resulta más sostenible económica y socialmente aprovechar sus valores, que derribarlo para volver a edificarlo a través de una reconstrucción que difícilmente podría recuperarlos".
Cabe destacar que Azkuna anunció el pasado 10 de abril que el consistorio bilbaino se hacía con la gestión del mercado de la Ribera, y en consecuencia pagaría con el dinero de todos los contribuyentes las deudas generadas por la sociedad privada que ha gestionado hasta la fecha el popular mercado de abastos y que estaba liderada por Ibarra.
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