Barcina se queda con todo el pastel del TAV

Ayer 27 de octubre 8 participantes en el movimiento de desobediencia al TAV Mugitu! interrumpieron el 29º Consejo Plenario de la CTP (Comunidad de Trabajo de los Pirineos) en Toulouse (ver comunicado).

Al mismo asistían los presidentes de los 8 territorios de la CTP, que incluye la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra. En esta misma sesión se realizaba el balance de la presidencia asumida por Midi-Pyrénées durante los dos últimos años y se transfería dicha presidencia a Navarra.

Estas personas han subido al estrado presidencial, mostrando carteles contrarios al TAV y han explicado en francés las razones de su oposición, al mismo tiempo que han arrojado octavillas explicativas de la acción y han coreado consignas anti TAV.

Simultáneamente, la presidenta de la Comunidad Foral de Navarra Yolanda Barcina ha sido “obsequiada” con 3 tartazos en la cara por parte de varios participantes en la protesta. La razón de esta acción ha sido “agradecer” los ímprobos esfuerzos que como máxima responsable política de Navarra está realizando por la imposición de una infraestructura tan antiecológica, antisocial y despilfarradora como el corredor navarro del TAV. Además ha sido una “elegante“ manera de darle la bienvenida en su nuevo cargo de presidenta de la CTP, una organización que se distingue por su marcado carácter desarrollista, al haber realizado una gran cantidad de infraestructuras a lo largo y ancho de los Pirineos y tener planes para seguir en ello.
Yolanda Barcina al igual que sus compañeros de gobierno se quieren quedar con todo “el pastel “ de la construcción del TAV en Navarra, junto con las empresas constructoras y la banca. Hay que recordar que tanto ella como otros miembros de su gabinete han estado cobrando durante estos últimos años primas dobles de hasta 100.000 € al año como consejeros de la Caja de Ahorros de Navarra, además de su “nada desdeñable” sueldo de político. Ahora como presidenta de la CTP tambien cobrará suculentas primas. Recientemente aludía en Bruselas a que había que “abrir los Pirineos” al paso de nuevas infraestructuras de transportes.


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